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De “residuos” a “materiales de construcción”: ¡la magia del uso de recursos del suelo residual con alto contenido de humedad y alta viscosidad!

2025-10-21

El statu quo del suelo de residuos urbanos 

Con la aceleración de la urbanización, los proyectos de construcción y renovación a gran escala generan inevitablemente cantidades masivas de residuos urbanos. Estos residuos se clasifican generalmente en dos tipos según su utilidad: los residuos de alta calidad, caracterizados por una excelente compactación, pueden reutilizarse directamente en escenarios como el relleno de la subrasante de carreteras o el relleno de obras; ejemplos comunes incluyen grava y arena limosa. Por el contrario, los residuos de baja calidad, como la arcilla blanda y la tierra orgánica, presentan un alto contenido de agua y malas propiedades mecánicas, lo que dificulta enormemente su utilización directa.

Lamentablemente, aproximadamente el 80% de los residuos urbanos se elimina actualmente mediante métodos no científicos: el simple apilamiento al aire libre ocupa valiosos recursos del suelo, la recuperación de tierras en el mar mediante cercados altera los ecosistemas costeros y el vertido ilegal supone graves riesgos de contaminación ambiental y seguridad geológica. La Inspección Central de Protección Ecológica y Ambiental ha destacado reiteradamente que el vertido ilegal de lodos y purines de construcción —componentes clave de los residuos urbanos de baja calidad— sigue siendo un problema importante que obstaculiza la protección ecológica urbana.

Twin shaft Mixer

Limitaciones de los métodos tradicionales de utilización de recursos

Los enfoques tradicionales para el reciclaje de residuos urbanos adolecen de evidentes ineficiencias y desventajas ambientales. En el caso de residuos de alta calidad, su reutilización suele limitarse a aplicaciones de bajo valor, como el vertido en vertederos o la nivelación de terrenos, desaprovechando su potencial para la construcción de alta calidad. En el caso de residuos de baja calidad, se requiere un pretratamiento mediante solidificación o sinterización antes de su reutilización; sin embargo, estas tecnologías presentan un alto consumo energético, emisiones excesivas de carbono y sensibilidad a la variabilidad de las materias primas, lo que impide su aplicación industrial a gran escala.

Esta desconexión entre la generación de suelos residuales y el reciclaje científico no sólo desperdicia un valioso recurso secundario sino que también exacerba la contradicción entre el desarrollo urbano y la protección del medio ambiente.

Tecnología de coprocesamiento: una solución integral para el tratamiento de residuos urbanos

Para enfrentar estos desafíos, la tecnología de coprocesamiento ha surgido como una solución holística, que integra perfectamente el análisis de las características del suelo residual, la estandarización técnica y la optimización del equipo, siendo el mezclador de doble eje y la criba rotatoria los pilares centrales de este flujo de trabajo eficiente.

1. Análisis de precisión de las características principales de los suelos residuales

El primer paso en el coprocesamiento consiste en realizar una evaluación rigurosa de las propiedades del suelo residual. En el caso de suelos residuales con alta humedad y alta viscosidad (una variante típica de baja calidad), las pruebas de laboratorio y el muestreo in situ confirman que los lodos con un contenido de humedad del 30 % al 60 % y un índice de plasticidad ≥25 presentan los mayores obstáculos para el tratamiento. Durante la trituración, estos lodos tienden a aglomerarse y generar un exceso de polvo, lo que exige que el equipo de I+D priorice diseños herméticos, como carcasas completamente cerradas, para reducir las emisiones sin comprometer la eficiencia. Un requisito clave posterior a la trituración es que el tamaño de las partículas sea inferior a 20 mm para garantizar la compatibilidad con los procesos posteriores de mezcla y cribado, un objetivo que depende de la estrecha coordinación entre el equipo de trituración y la criba rotatoria. Esta sinergia garantiza que solo el material del tamaño adecuado pase a la siguiente etapa, sentando las bases para que el mezclador de doble eje funcione a su máximo rendimiento.

2. Definición de indicadores técnicos básicos para el coprocesamiento

Es fundamental contar con estándares técnicos claros para un coprocesamiento eficaz, y se destacan tres métricas clave, todas ellas directamente relacionadas con el rendimiento del mezclador de doble eje y la criba rotatoria:

Uniformidad de mezcla:La mezcla de tierra residual y agente de curado debe superar el 95% (mínimo 90%), un valor que se alcanza exclusivamente mediante la agitación de alta eficiencia de una mezcladora de doble eje. A diferencia de las alternativas de un solo eje, los ejes contrarrotativos de la mezcladora de doble eje generan intensas fuerzas de cizallamiento y volteo, lo que garantiza una dispersión uniforme de las partículas de agente de curado incluso en tierra residual altamente viscosa.

Relación del agente de curado:La dosificación debe controlarse con precisión al 5% ± 0,5% del peso del suelo residual, utilizando balanzas electrónicas de alta precisión y medidores de flujo integrados en el sistema de alimentación, fundamentales para optimizar la eficiencia de reacción del mezclador de doble eje.

Cribado posterior al procesamiento:Tras la mezcla, el material tratado pasa por una criba rotatoria para eliminar los grumos o impurezas no triturados. El tamaño de malla ajustable de la criba rotatoria y su rotación continua garantizan que solo el material de 20 mm apto se pueda reutilizar en aplicaciones como la fabricación de ladrillos o la construcción de carreteras, lo que evita defectos de calidad que, de otro modo, se producirían con un cribado deficiente.

3. Equipo especializado para suelos residuales con alta humedad y alta viscosidad

El tratamiento eficiente de este desafiante tipo de suelo residual se basa en una línea de equipos especialmente diseñados, con el mezclador de doble eje y la pantalla rotatoria en su centro:

Etapa de trituración:Una trituradora con cuchillas de corte escalonadas rompe grandes trozos, cortando eficazmente los aglomerados pegajosos para evitar obstrucciones, lo que garantiza una alimentación constante para el mezclador de doble eje posterior.

Etapa de mezcla:El material triturado se transporta inmediatamente a la mezcladora de doble eje, donde se añade el agente de curado predosificado (suministrado por el sistema de alimentación automático). Los ejes dobles de la mezcladora de doble eje permiten una mezcla rápida y uniforme, reduciendo el tiempo de mezclado en un 30 % en comparación con los modelos de un solo eje y minimizando el desperdicio de agente de curado gracias a su completa reacción con la tierra residual. Este paso es crucial, ya que el rendimiento de la mezcladora de doble eje determina directamente la calidad del producto final.

Etapa de selección:El material mezclado se introduce en una criba rotatoria, cuyo diseño inclinado y control de velocidad variable permiten una separación eficiente de los finos calificados de los residuos no triturados. Los residuos se redirigen de vuelta a la trituradora para su reprocesamiento, maximizando así el aprovechamiento de los recursos, todo gracias a la fiable capacidad de clasificación de la criba rotatoria.

Control de polvo y monitoreo inteligente:Un sistema de ventilación de presión negativa situado encima de la trituradora y la criba rotatoria recoge el polvo para cumplir con las normas ambientales. Mientras tanto, los sensores del mezclador de doble eje y la criba rotatoria monitorizan datos en tiempo real, como la uniformidad de la mezcla, la dosificación del agente de curado y el rendimiento de la malla de la criba rotatoria. Si se producen desviaciones (por ejemplo, una mezcla irregular o un exceso de residuos), el sistema de control automático ajusta instantáneamente la velocidad de rotación del mezclador de doble eje o el tamaño de la malla de la criba rotatoria, garantizando una calidad de procesamiento constante. De este modo, el mezclador de doble eje y la criba rotatoria no solo impulsan la eficiencia operativa, sino que también permiten la supervisión inteligente, fundamental para un tratamiento moderno y ecológico de residuos de suelos.

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Conclusión

Los residuos urbanos, antes considerados una carga, pueden transformarse en un recurso valioso mediante la tecnología de coprocesamiento. El mezclador de doble eje y la criba rotatoria, equipos clave en este flujo de trabajo, abordan los principales problemas del tratamiento de residuos de baja calidad: el mezclador de doble eje garantiza una mezcla eficiente y uniforme, mientras que la criba rotatoria garantiza la calidad del posprocesamiento. Al integrar estos dispositivos con sistemas de control inteligentes, el reciclaje de residuos urbanos puede generar beneficios ambientales (reducción de la contaminación y la ocupación del suelo) y económicos (ahorro en la adquisición de materias primas), allanando el camino hacia un desarrollo urbano sostenible.